Porque de entre todas las actividades que puedes pensar que tus hijos rentabilizarán en el futuro, el aprendizaje del inglés se alza como imbatible ganador. Y porque regalar a tus criaturas un tiempo de autonomía entre iguales, iniciando el camino de responsabilizarse de si mismos, sencillamente, no tiene precio.
Y tú lo sabes, pero igual a ellos hay que explicárselo con sus palabras, con su lenguaje y con sus preferencias, todo bien picadito y en primera página, es decir, con titulares enormes.
Ésta, recuérdalo, es una labor de equipo. O todos remamos en la misma dirección o no avanzaremos ni un metro.
Conviene elegir equipo, equipación, objetivos y hoja de ruta, y conviene subirse a la
barca de los mejores, de los que más garantías ofrezcan, de los que más experiencia pongan en juego, de los que de más recursos dispongan. Así, vuestros hijos, ni se darán cuenta de que están remando.
Y esa es, sin duda, una de las razones para estudiar inglés en verano, que, si se elige un buen equipo, se aprende sin darse cuenta.
El verano nos ofrece promesas eternas, días, casi eternos y múltiples actividades a realizar, que se nos pueden eternizar durante el curso si no aprovechamos la oportunidad que nos brinda un campamento de inglés en verano.
Para vuestros hijos e hijas, el aprendizaje de un idioma es, en principio, una imposición académica. Transformémoslo. Hagamos que se convierta en un recurso que ellos persigan. Demostremos que si manejan esa herramienta, aún tendrán más oportunidades de disfrutar de la vida, de conocer a personas interesantes, de revelarse, ante si mismos y a vuestros ojos, como personas capaces de manejarse de forma autónoma.
Un campamento de inglés en el que relacionarse entre iguales con intereses similares; asumiendo la responsabilidad de gestionar sus finanzas y la inversión de las mismas; de rendir cuentas ante otra autoridad, muy diferente de la vuestra que, si bien se va a encargar de mantener un nivel de orden y convivencia adecuado, también va a facilitar la toma de decisiones por parte de los campistas y con ello, la asunción de responsabilidades.
Y ese campamento es en verano y está estructurado de tal forma que el aprovechamiento del tiempo favorece un aprendizaje rápido.
¿Cómo se puede aprovechar el tiempo cuando en verano lo que apetece es dejar que pase tranquilamente, y si me apuras, perderlo?
Pues sencillamente , colocando una prioridad más importante, más tentadora y mucho más interesante, delante.
Y eso es lo que un buen campamento de inglés ofrece a vuestros hijos, un horizonte infinitamente más interesante que el académico porque, en este campamento, sencillamente se convive con el idioma y lo hacen todos los campistas. La comunicación es constante y las ganas de participar, instantáneas.
Si lo decimos con tanta claridad es porque lo hemos comprobado. Sí, estudiar inglés en verano, cómo explicarlo de otro modo, es aprovechar una ocasión de oro y con el viento a favor porque, está en el aire, y más en el aire que respiran los jóvenes campistas.
Porque en un campamento de verano en inglés, diseñado para que los alumnos y alumnas disfruten, desarrollen sus capacidades sociales y su autonomía, no tiene nada que ver con una sucesión de materias o actividades ordenadas en torno al cumplimiento de un currículo y de un horario durante el curso académico.
En el campamento, todo se ensambla, formación, diversión, entretenimiento, organización, descubrimientos. Todo, absolutamente todo se acopla y se muestra como una unidad múltiple y multidisciplinar de aprendizaje, de maduración. Una unidad de la que los campistas son parte integral, no es posible sin ellos porque un campamento de verano en inglés de los que de verdad merecen la pena, está vivo, se transforma constantemente y eso es gracias al gran equipo que lo diseña y a los jóvenes campistas que lo viven y alimentan a la vez.
Si nos paramos a pensar unos instantes, veremos con claridad que no hay un momento mejor en el año para lanzarse en los brazos de un idioma y que éste te reciba con los brazos abiertos. Todo encaja.
Encaja el curso académico con sus clases repletas de alumnos intentando imaginar lo beneficioso que es eso de aprender inglés. Y encaja el verano que te trae en bandeja esas situaciones como parte de tus jornadas cotidianas, nada de imaginación, esto es la vida y los campistas se van animando y hoy son dos frases y mañana cuatro y el verano y las actividades y el grupo se confabulan y un buen día se despiertan asombrados porque ¡han soñado en inglés!
No me negarás que no es lo mismo aprender de memoria la lista de los verbos irregulares que ponerla en práctica para administrar las finanzas, realizar actividades diversas, hacerle una broma a un compañero, decirle una confidencia a una compañera o cantar, hasta la extenuación, el último éxito del último ídolo anglosajón y ¡entendiendo la letra!
Eso sí que es verle la utilidad al aprendizaje de un idioma, especialmente en verano.